Pa’l Norte 2024

En Vivo #11


Evento:Pa’l Norte 2024
Lugar:Parque Fundidora. Monterrey, N.L.
Fecha:29, 30 y 31 – Marzo – 2024

Ah, la Semana Santa. La semana mayor del cristianismo conmemora la semana anterior a la resurrección de Jesucristo, desde sus momentos de oración en el huerto de Getsemaní hasta su muerte crucificado el Viernes Santo, junto con su resurrección «tres» días después, el domingo de Pascua. Dentro de la religión católica, este período es para reflexionar y hacer penitencia, con el objetivo de entender que somos seres humanos, somos polvo, y en polvo nos convertiremos. Y qué mejor manera para reflexionar y dedicarse a la penitencia que asistiendo a la 13° edición del festival más ascendente de todos. Así es, por fin llegó el Pa’l Norte 2024 y, como cada año desde 2013, no podía permitirme faltar. Viendo el puro poster, me puedo hacer a la idea de que probablemente era el peor de todos, pero en fin, ¿qué aventuras nos traerá este año? Descúbrelo en mi breve crónica de lo que pude vivir durante estos tres días.

Después de hacer corajes porque el E10 estaba lleno e increíblemente encontrar un mejor lugar dónde estacionarme, llegamos al Parque Fundidora alrededor de las cinco de la tarde. Tuvimos que caminar un tramo considerablemente largo para entrar a las «inmediaciones» del Pa’l Norte, pues ahora resulta que los boletos de general tienen restricción de accesos. No entiendo el punto y no sé si yo no leí eso al comprar mi boleto o decidieron anunciarlo con poco tiempo de anticipación. Pero bueno, al final como quiera hubiera comprado general y el Acceso 7, que fue por donde entramos, estaba más cerca del escenario Oasis Bacardí, nuestra primera parada, en donde veríamos a Vaquero. Hace ya algunos ayeres les compartí mi reseña de su único álbum, donde advertí que nunca más hablaría de ellos. Qué equivocado estaba. Esta es una de esas reuniones que nunca pensé que pasarían, no porque los integrantes se lleven mal, sino porque creo que nada más a mí y a otras no más de cincuenta personas nos interesaría que pasara. En fin, puedo decir que valió la pena. Aunque no alcancé a verlo completo, por ahí vi que tocaron aproximadamente 11 de las 13 canciones de su álbum, así que literalmente no se les podía pedir más con el tiempo que les dieron.

De ahí nos transportamos al escenario Tecate Light, el principal, para ver el regreso o algo así de… Belanova. No entiendo ese resurgimiento que están teniendo, pero no había algo mejor que ver en ese rato. Había escuchado que en vivo eran muy malos, pero viéndolos de primera mano puedo confirmar que son MALÍSIMOS. No es cierto, estuvo muy decente, la música sonaba como debe, la voz no desafinó en ningún momento, así que no sé por qué dicen que son malos. No alcancé a ver Me Pregunto, la primera canción, en la que invitaron a la artista antes conocida como Danna Paola, pero sí pude ver el final, cuando invitaron a un «cartero» de entre el público para ayudarlos a tocar Rosa Pastel. Resulta que ese «cartero» era en realidad Jared Leto… o Jay de la Cueva, no sé, se me confunden. No tengo algo malo que decir de este grupo que hace dos años pudo haber sido artista sorpresa.

Y hablando de artistas sorpresa, al terminar Belanova llegó el turno del primer artista sorpresa de esta edición del festival. Esperaba que ahora sí se cumpliera mi sueño de ver a El Chombo, pero en su lugar salieron Ángel & Khriz, los de Ven Báilalo, ese clásico del reggaeton que no puede faltar en las bodas. Esa canción es importante en mi hogar, pero esperaba algo diferente. Pudo haber sido peor. Después de eso decidimos vagar por ahí, literalmente no había nadie que muriera por ver de ahí hasta Kendrick Lamar… ya se puede ver cómo acaba esto. En fin, nos pusimos a buscar las tiendas oficiales para ver si nos encontrábamos algo cool de alguna de las bandas que queríamos ver. Aquí iba a describir toda nuestra travesía buscando «merch» interesante, pero no vale la pena. El punto es que no había casi nada chido, lo chido estaba súper caro y casi todo lo que estaba a la venta eran cosas del Pa’l Norte, ¿quién compraría eso?

Nomás de puro coraje nos pusimos a ver a Keane en el escenario principal. Es momento de aclarar que creo que tengo una relación de amor y odio con Keane. En teoría me parece una de las bandas más medianas, «vainilla», sin chiste e inofensivas de la historia. Como diría el gran Noel Gallagher, «Keane me dan pena. No importa lo mucho que se esfuercen que siempre se quedarán en nada. Esto sería así incluso si uno de ellos se empezase a inyectar heroína en la polla… la gente diría ‘Si, pero tu padre era un vicario, buenas noches'» (2008). Ah, y en Inglaterra están sobrevaluadísimos. Allá dicen que su álbum debut, Hopes and Fears (2004) es de los mejores de la historia. Es bueno, pero no a ese nivel. En fin, eso es en teoría, porque en la práctica no puedo negar que tienen canciones muy buenas. De las que tocaron en el Pa’l Norte puedo recomendar Bend and Break, We Might as Well Be Strangers, Spiralling, This is the Last Time e Is It Any Wonder. Mi opinión de Somewhere Only We Know depende de mi humor, Everybody’s Changing es horrible. Conclusión, Keane valió la pena.

Vimos al segundo artista sorpresa, Xavi, no tengo idea, y nos fuimos a comer un hot dog y a tomar una muy buena agua de frutos rojos de un lugar genérico. No teníamos nada mejor que hacer, así que decidimos quedarnos a ver a ese vampiro llamado Javier Blake en el escenario «Acústico». Para estas alturas de la vida ya es un veterano que puede hacer lo que quiera, así que dejémoslo en que sus canciones de solista me parecieron adecuadas. Mejor aprovecharé para comentar que no sé en qué momento se perdió el punto del escenario Acústico del Pa’l Norte. Hace años, en un Pa’l Norte, lamentablemente vi dos veces a Good Charlotte, una vez en el escenario Acústico, con canciones en versión acústica, y otra en un escenario «normal», con versiones no acústicas. Dos sets diferentes. Pues ahora, en la edición 2024, el escenario Acústico es un escenario más. Si me dieran un dólar por cada cable eléctrico que vi en ese escenario tendría… no sé, veinte dólares o algo así.

Íbamos a esperar la hora que faltaba para Kendrick viendo a Aterciopelados cuando pasó lo que pasó. No solamente no iba a ver a Kendrick Lamar en el escenario, sino que como consolación iba a haber cuádruple P. Dudo que el mercado de Kendrick y de Peso Pluma tenga mucha intersección, pero también debo aceptar que, cuando tienes una hora para tapar el hueco que deja uno de los headliners, hacer eso era lo más cercano a una decisión acertada por parte de los organizadores del festival. Definitivamente no soy el mayor fan de Kendrick, no era como que hubiera comprado los boletos nada más para verlo a él (los compré en tempranero, así que ya venía en el paquete), pero eso no evita que me haya sentido ultrajado, ofendido, escupido, etc. Literalmente ya no teníamos alguna razón para estar ahí, así que escuchamos una canción de Aterciopelados y nos fuimos. Fue un Viernes Santo triste… en más de un sentido, supongo. El escuchar el interminable video introductorio de los Cardenales de Nuevo León en el Pilo’s Bar de camino a la salida hizo que me alegrara un poco, pero no lo suficiente.

Para el segundo día iba con corajillo interno. Pa’l Norte me había agraviado y no esperaba que el sábado ayudara a sentirme mejor. Aparte ese día no había nada que quisiera ver, fuimos porque teníamos boletos y nada más. Llegamos a eso de las seis de la tarde para ver a la artista antes conocida como Danna Paola en el escenario Tecate Original. Estaba sorprendido con lo OFENSIVAMENTE lleno que estaba el escenario. No sé cuánta gente había, pero fue de lo más lleno que vi en ese escenario. Que triste que DannaTM tiene casi 25 años de experiencia en teatro, en televisión y en los escenarios en general y está haciendo música increíblemente genérica, aunque es cierto que tampoco soy el mercado meta de lo que hace. Le doy eso.

Posteriormente procedimos a ver al primer artista sorpresa del segundo día, el cual resultó ser Capital Cities. No es lo mío, pero sí creo que fue un representante perfecto de lo que un artista sorpresa del Pa’l Norte debería ser, o por lo menos lo que era en sus primeros años. Nos dirigimos al escenario Tecate Original una vez más para ver a Wolfmother, ese grupo australiano que se enteró que formaría parte de un festival en Monterrey, México, esa misma semana o algo así, después de la cancelación de Sum 41. No imagino cómo les dieron la noticia de que debían viajar al otro lado del mundo en unos días, pero valió la pena, porque estuvo HERMOSO. Una guitarra ultra distorsionada, un bajo increíble, un bombo potentísimo al que a mitad de alguna canción le subieron el volumen y hacía que se me moviera el corazón de la pura potencia. Ya me hacía falta escuchar algo así en vivo. Recordé los buenos tiempos.

Antes de que terminara Wolfmother nos fuimos por otro hot dog como el del día anterior y nos acercamos al Escenario Sorpresa para ver si, ahora sí, El Chombo cumpliría mi sueño. Pues no lo cumplió, pero salió el inigualable BO-BO-BOOOOBBY PULIDO. Después de desvelarnos unos minutos escuchándolo, nos fuimos a buscar el escenario Telcel Fusión que estaba hasta el otro lado de Monterrey o del Parque o algo así para ver a Turnstile, la banda de hardcore que venía por primera vez a la ciudad. No conocía mucho de ellos, más bien conocía casi nada, pero había leído buenos comentarios tanto de sus canciones como de sus presentaciones en vivo. Lo único que puedo decir es que fue una revelación. Vaya que qué energía y qué poder transmitían, es de esas veces que te dan ganas de romperlo todo. De lo que pude ver en los tres días, esto fácilmente fue de lo mejor. No es mi estilo, pero podría serlo. Lo único que siento que faltó fue la cereza en el pastel… aunque no sé si sea correcto decirle cereza. En fin, estaré muy al pendiente de sus próximos movimientos.

Increíblemente, en poco más de cuatro meses vi dos veces a Thirty Seconds to Mars. Lo agregaré a mi anecdotario junto a lo de Good Charlotte. En fin, retomaré algo de lo que dije hace poco más de cuatro meses, porque fue más o menos lo mismo: «Hubiera sido más divertido si Jay de la Cueva hubiera tomado el lugar de Jared «Morbius» Leto. Hubiera sido más divertido si en algún momento hubiera dicho «it’s morbin’ time». Hubiera sido más divertido si se hubiera subido al techo del escenario para luego dejarse caer, pero bueno, esas cosas no pasan» (2023). Creo que lo más relevante, y que probablemente para este entonces ya es sabido si te interesa saber cómo estuvo su presentación, es que subieron al escenario a una persona con discapacidad. Estuvo cool, no lo voy a negar. Al terminar nos dirigimos una vez más al escenario «Acústico» para ver el set «acústico» de «Hello Seahorse!». Me parecen muy pretenciosos, pero lo que alcanzamos a ver estuvo bien. No tengo algo más qué decir.

Tras unas pocas canciones de Hello Seahorse!, siguió el turno de la banda más esperada de la noche y, probablemente, del festival. Literalmente fue esperada por más de un año pues, como probablemente saben, Blink 182 se presentaría en la edición 2023 del Pa’l Norte, pero terminaron cancelando porque Travis Barker, baterista (como si no lo supieran), de alguna forma se rompió un dedo. El punto es que no aplicaron un Kendrick y ahora sí pisaron el pasto sagrado del Parque Fundidora. ¿Qué puedo decir de Blink? Al apenas escuchar las primeras notas me surgió una inmensa urgencia de dibujar miembros viriles en los cuadernos de mis amigos y en lugares públicos, no sé por qué. Había escuchado que, así como Belanova (nunca pensé comparar a esos dos), era sabido que ellos son malísimos en vivo. Sinceramente, en lo que alcancé a ver, no sé de dónde surgió esa aseveración. Tom DeLonge y Mark Hoppus tocan con una calidad más que necesaria para sus canciones y Travis está en otro maldito nivel, así que, igual que con Belanova, no les crean, raza, sí son buenos en vivo. Más allá de sus muchos éxitos, era muy llamativo escucharlos hablando entre canciones. También es conocido su «modus operandi» en sus presentaciones en vivo, entre cada canción Tom y Mark dicen una cantidad inmensa de basura muy obscena y vulgar, lo cual no es sorprendente si se le ha puesto atención a sus letras. Era como visitar una secundaria. Al principio fue interesante, tal vez si tuviera 14 años me hubiera parecido divertido todo el rato, pero, ahora que tengo 15, me llegó a parecer algo cansado. Blink no fue parte de mi infancia o adolescencia, por lo que no me causan mucha nostalgia. Diré que estuvieron bien y que fue una buena forma de terminar el segundo día.

Por cuestiones de la vida, para el tercer día tuvimos que llegar todavía más tarde que los días anteriores, alrededor de las 7:30. Como quiera no había algo que realmente nos interesara hasta Placebo, que empezaba a las nueve. Al llegar nos dirigimos directo a ver el final de Royal Blood para estar listos cuando saliera el primer artista sorpresa del día. Lamentablemente, en una decepción más a la larga lista que se extiende desde años pasados, el artista sorpresa fue La Factoría. Estoy casi seguro de que hace algunos años ya habían sido artista sorpresa, así que… no lo sé. Aparte, creo que ya he dejado claro lo que pienso sobre ellos.

En fin, nos dirigimos al escenario «Acústico» para ver el show «acústico» de Kinky. ¿Qué puedo decir de Kinky? Los he visto cien veces, y las cien veces ha sido hermoso. Por mí que vayan al Pa’l Norte todos los años, como en los buenos tiempos. El único problema que vi fue que, según mis cálculos, terminaron como quince minutos antes de lo que debían. Pero bueno, quince minutos más para ver a… Maná, en el escenario principal. Esta vez solamente los vi un ratillo, y fue más o menos igual a cuando los vi hace unos años, así que todo bien. Nos fuimos temprano porque por fin había llegado la hora de lo que, para nosotros, era lo más esperado del festival.

Así es, llegó la hora de Placebo. Empezaron con Taste in Men, que la verdad nunca había escuchado, para luego tocar Beautiful James, con la cual pensé que abrirían. De ahí empezaron una ronda de puras canciones desconocidas para mí. No me considero fan de Placebo, pero sí he escuchado suficientes canciones, por lo cual me pareció que algo extraño estaba pasando. Hasta llegué a pensar que estaban tocando completo su álbum más reciente, Never Let Me Go (2022). A partir de For What It’s Worth, en la segunda mitad, por fin empezaron a tocar algunos clásicos como Infra-Red, Song to Say Goodbye y The Bitter End. Luego, empezó su cover de Running Up That Hill. Supuse que después de esto seguiría el combo de Pure Morning, Special Needs y Every You Every Me. Pues quedé más sorprendido cuando vi que Running Up That Hill sería su última canción que cuando vi a La Factoría. Estaba tan confundido que, al terminar, mi primera reacción fue, literalmente, «¿qué madres fue eso?». Al hacer una investigación independiente, descubrí que no han tocado Pure Morning desde 2018, han tocado Special Needs tres veces desde 2018 y no han tocado Every You Every Me desde 2015. Tal vez sabiendo eso desde antes hubiera sido diferente, pero bueno, me gusta que me sorprendan y esta vez la sorpresa no fue la que esperaba.

El plan era ver a Icona Pop después de Placebo, pero ya no valía la pena. Como he dicho varias veces, he ido a todas las ediciones del Pa’l Norte desde 2013, y creo que la de 2024 está en el top 2 de peores junto con la de 2016. Claro, esto es solamente mi percepción, pues para otras personas pudo haber sido el mejor concierto de sus vidas (no para los fans de Kendrick, claramente). Por cuestiones ajenas a lo vivido este fin de semana, es muy probable, aunque no seguro, que mi racha de asistencia termine con esta edición. Me hubiera gustado que fuera de otra forma, pero no hay algo que se pueda hacer en contra de las tendencias de las nuevas generaciones, los imprevistos y las decisiones artísticas. Sigo pensando que es innecesario hacer un festival de tres días si fácilmente puedes meter todo lo relevante en dos. Una alternativa sería hacer un festival aparte de puros corridos tumbados, así ya liberas un día, maldición.

En fin, nomás por Turnstile y Wolfmother, mi calificación final es…

Dos estrellas.

2/5
Ora sí que ni la chamba saca

PD

Algo que me pareció interesante fue que, a pesar de que, al ver el lineup por día, el mejor día parecía ser el viernes y el sábado se veía desértico, justo el sábado terminó siendo el mejor día de los tres. Quién lo diría.

PD2

Otra cosa interesante fue que Jay de la Cueva se subió al escenario con Belanova el viernes y estreno su carrera como solista el domingo, mientras que Jared Leto tocó con Thirty Seconds to Mars el sábado. Aquí hay gato encerrado, o ¿alguien ha visto a esos dos en el mismo lugar?

PD3

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